En muchas ocasiones, el arte lo podemos tener más cerca de lo que pensamos, pero no es el caso, ya que lo que hoy os traemos es extremadamente bello, una iglesia levantada a partir de árboles naturales pero que para verla habría que ir hasta Nueva Zelanda.
El artista de esta impresionante iglesia fue el aficionado de la arquitectura Barry Cox, quien con mucha calma y tiempo ha sido capaz de levantar esta obra de arte, posiblemente una de las pocas en todo el mundo que está viva, ya que los materiales que ha utilizado son árboles que están plantados, por lo que crecen y florecen, haciendo más impresionante aún su obra.
El jardín de su casa es donde puede ser observada
Esta fascinante aventura empezó un día cuando nuestro amigo paseaba por su jardín. Ahí observó que disponía de un gran espacio donde perfectamente podría levantar algo. Lo que se le vino a la cabeza fue una iglesia, por lo que se puso manos a la obra para construir una que fuera distinta a todo lo que se conocía hasta la actualidad, y por el resultado que podemos observar, creemos que lo ha conseguido.
Barry Cox es propietario de una empresa que trasplanta árboles
A la hora de pensar los materiales que podía utilizar para realizarla, no se le vino otra cosa a la cabeza que el uso de árboles, pero no la madera que se consigue una vez arrancados, sino plantados para que sigan vivos, pero a su vez que de forma a la iglesia.
La gente sabe que es un amante de los árboles, así que cuando alguno está en peligro, lo llaman para que se lo lleve a otro sitio. Ha sido así como ha ido levantando poco a poco este edificio, con la colaboración de todos sus vecinos y personas de confianza.
Quería imitar las iglesias de las masonerías
Antes de realizar su obra, dedicó mucho tiempo a estudiar iglesias antiguas para conocer todos sus secretos para una construcción perfecta. Quería que los tejados y paredes fueran diferentes, además de resaltar sus proporciones, de forma similar a lo que lo hacen las iglesias masónicas.
Hojas de aliso para el tejado
Para el diseño del tejado eligió usar un tipo flexible de hojas de aliso porque puede ser fácilmente cortadas, además su follaje es lo suficientemente escaso para dejar pasar la luz por ellas y de esta forma que el césped del suelo reciba esa luz necesaria para su conservación.
Árbol Copper Sheen para las paredes
Se trata de un árbol de té australiano que se caracteriza por tener un color muy parecido a las tonalidades de las piedras. Cada seis semanas los tiene que podar para que se vean como muros reales.
Las vistas aéreas de todo el lugar son increíbles, con muchos más tipos de árboles y plantas a su alrededor, todas de ellas elegidas por un motivo en concreto.
Aquí podéis ver un vídeo de esta iglesia natural.
¿No os parece el sitio perfecto para un final feliz?
Vía: Tree Church