En muchos pueblos y ciudades de todo el mundo suele haber alguna calle empinada que cuesta subir a pie, pero seguro que nada comparado con la calle Baldwin Street, la calle con más pendiente del mundo y que permite crear imágenes muy surrealistas y divertidas.
Nueva Zelanda se ha hecho muy famosa en los últimos años debido a ser el país donde se grabó las películas de El Señor de los Anillos y el Hobbit, pero también es un país que esconde un sinfín de sorpresas y entornos únicos. Uno de ellos está en la ciudad de Dunedin, donde nos encontramos la calle más empinada del mundo, o por lo menos la que aparece en el libro de los Records Guinness, con un desnivel del 35%, así que ya nos podemos hacer una idea el sufrimiento de subirla andando o en bicicleta.
Esta cuesta permite a los amantes de la fotografía crear situaciones inverosímiles y muy divertidas, ya que dependiendo del ángulo en el que situemos la cámara, podremos conseguir una situación sorprendente.
La pendiente de esta calle es del 35% y por cada 9 pies recorridos horizontalmente, los cambios de elevación son de 3.
Como en muchas partes de Nueva Zelanda, esta calle fue creada sin intención, ya que se debió al terreno donde se levantó la ciudad.
Cada año se celebra la competición Baldwin Street Gutbuster donde los participantes deben subir y bajar la calle corriendo en el menor tiempo posible.
Desde hace algún tiempo, la calle forma parte del libro Guinness y tiene el honor de ser la calle más empinada de todo el mundo.
Además de atraer a un gran número de turistas, la calle también atrae a muchos irresponsables que no saben del peligro de hacer locuras sobre ella, locuras que no solo ponen en peligro su vida, sino también la del resto de personas.
En el año 2001, un chico de 19 años perdió la vida al tirarse por ella subido en un contenedor de basura.
En 2009, 3 hombres fueron detenidos por conducción temeraria al tirarse cuesta abajo dentro de un frigorífico.
Pero también han sido lugar de celebración de eventos solidarios, como cuando se lanzaron miles de caramelos, y donde los primeros sólo tardaron 5 segundos en llegar abajo.
A pesar de tratarse de una calle pequeña, recibe miles de visitas cada año.
Viéndola desde esta perspectiva, se puede notar el desnivel de su rampa.
Por si se te había pasado por la cabeza como sería tirarse por ella subido en una bicicleta o monopatín, aquí os dejamos un vídeo que os dejarán los pelos de puntas al ver las velocidades que se llegan a alcanzar.
Vía: littlethings