Los efectos que traen las lluvias torrenciales para las edificaciones

La DANA que ha afectado estos últimos días a gran parte de nuestra geografía, ha provocado cuantiosos daños a hogares, comercios o vías públicas, por citar algunos caos. Pero la cosa no termina aquí, ya que tras las lluvias torrenciales, uno de los problemas más habituales a los que hay que hacer frente es a la aparición de las temidas humedades estructurales debido a la gran cantidad de agua que el terreno absorbe y que traspasa los muros y la cimentación de los edificios.

filtracion lateral en una vivienda

Debido a esta situación, desde Murprotec han destacado la importancia de la distintas humedades que se pueden desarrollar, así como sus efectos más negativos, tanto para la estructura como para la salud de las personas.

Diferentes tipos de humedades

Humedades por capilaridad

Debido a la cantidad de agua generada que saturan el terreno, pueden aparecer las temidas humedades por capilaridad -en plantas bajas- y por filtraciones laterales – en sótanos, garajes, o parkings-. Las humedades por capilaridad aparecen porque el terreno tiene que absorber mucha humedad y los muros de los edificios –que poseen una gran capacidad de absorción del agua subterránea– filtran el agua como si fuera una esponja. Y es, en esa fase, cuando los materiales en contacto con el agua subterránea y con la tierra húmeda dejan subir la humedad por sus paredes y capilares, provocando humedades que pueden llegar al metro y medio de altura.

Humedades por filtración

Las humedades por filtraciones laterales surgen cuando el agua presente al otro lado de un muro penetra dentro del edificio a través de la pared de forma lateral. Por ello, todas las estancias en contacto directo con la tierra sobre la que esté construida el edificio son muy sensibles a padecer este tipo de humedades.

También hay que tener en cuenta que un fuerte contraste térmico entre exterior e interior, unido a una deficiente o nula ventilación, puede producir condensación. Este fenómeno se genera cuando se produce un excesivo nivel de vapor de agua en el ambiente.

Las señales de alerta

Las humedades de tipo estructural se manifiestan de múltiples formas: desde grietas, a salitre en las paredes, desconchones, hongos o moho en esquinas superiores en sótanos o en marcos de ventanas y, cómo no, ese característico olor a humedad que envuelve la estancia afectada.

Ante estos signos de alerta es imprescindible ponerse en manos de profesionales para un diagnóstico a tiempo y, sobre todo, una correcta solución que acabe de raíz con el problema.

Las graves consecuencias de las humedades

Las humedades en una edificación pueden comprometer tanto la estabilidad de la misma como la salud de las que las padecen. El proceso de corrosión y oxidación que trae consigo el agua puede provocar un colapso estructural al debilitar muros y cimientos. Pero, sobre todo, las humedades incrementan los problemas de salud para los afectados, incidiendo más aún si cabe en grupos de riesgo como ancianos, niños, personas inmunodeprimidas o embarazadas. El aumento de procesos gripales, los problemas respiratorios como asma, bronquitis y neumonías, las alergias y dermatitis, las afecciones reumáticas e, incluso, las oculares como rinitis crónicas, son síntomas comunes al convivir con humedades.

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