Localizado en plena cumbre alpina de la zona italiana, el estudio de arquitectura Zaha Hadid ha construido un espectacular museo dedicado a la figura del gran alpinista Reinhold Messner, un museo donde todo aquel que sea capaz de subir hasta ese lugar, además de contemplar unas vistas maravillosas, podrá disfrutar de las mejores fotografías de este montanista.
Reinhold Messener ha pasado a la historia por ser el primer hombre que ascendió los catorce ochomiles que hay en el mundo, una hazaña que después han repetido otros montanistas, pero no contento con eso, también fue el primer hombre, junto al austriaco Peter Habeler, que llegó a la cima del Everest sin ayuda de oxígeno suplementario. En este museo se recoge algunas de las fotografías realizadas durante sus años de explorador, además de numerosos objetos utilizados durante sus expediciones, todo ello hospedado en un lugar único, un museo levantado en la cima de una montaña con un diseño único.
Una estructura enterrada en la cumbre de la montaña
Dos años es lo que se ha necesitado para completar esta obra, una estructura de hormigón que ha sido enterrada en lo alto de la cima. Esto es una de las cosas que más llama la atención cuando los visitantes se encuentran con ella por primera vez, ya que parece que en vez de ser enterrada, que haya sido cavada. En total el museo está compuesto por tres niveles de profundidad. Al estar bajo tierra, permite que la temperatura allí nunca sea elevada, lo que permite mejor la conservación de todos los objetos allí mostrados.
Unas vistas para el recuerdo
Pero antes de bajar a los niveles donde se encuentra todo el material de Reinhold Messener, los visitantes entrarán en una primera gran sala que les llevará a un gran mirador desde donde poder contemplar unas vistas sin igual. Un balcón sobresale varios metros suspendido en el aire sobre la montaña y mostrando toda la belleza de la zona alpina.
Una entrada sencilla, pero moderna
Desde que uno se encuentra con la entrada del museo, se da cuenta que este no es un museo más, sino que se trata de algo muy especial. En el diseño de la entrada se intentó que el usuario sintiera que estaba sobre otra pequeña cima , levantándose unos cuantos metros más sobre la parte más alta de la montaña.
Un sistema de escalera en cascada para moverse de un nivel a otro
A la hora de moverse entre las distintas plantas del museo, los arquitectos optaron por un sistema de escaleras en cascada, capaces de crear volúmenes dinámicos de circulación que se mueven por distintos espacios de exposiciones temporales. Estas escaleras también les llevará hacia un pequeño auditorio que fue construido en su interior.
La verdad es que tras ver esta espectacular estructura, a uno le da ganas de visitarla y disfrutar de todo lo que esconde en su interior, pero además, disfrutar de esas maravillosas vistas que ofrece de un lugar único. ¿No os ha producido a vosotros la misma sensación?
Vía: designboom