Con la primera piedra del proyecto Kálida Sant Pau, nace un proyecto pionero y único en España cuyo objetivo es proporcionar atención a las personas con cáncer. Se trata de un espacio en el que, bajo un mismo techo, se encontrará soporte práctico, emocional y social de manera gratuita y abierta. Esta atención completará los tratamientos médicos y que recibirán en un espacio acogedor diseñado por la arquitecta Benedetta Tagliabue.
La Fundació Nous Cims y la Fundació Privada Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, con la colaboración de la Fundació de Gestió Sanitària de l’Hospital de la Santa Creu i Sant Pau son los impulsores de este centro que forma parte de la red global de centros Maggie’s, de la que recibe apoyo y colaboración y en cuya labor se ha inspirado para aplicar de manera local el proyecto.
Al lado de la unidad de oncología
Kálida Sant Pau estará situada a pocos metros del servicio de oncología, para que el paciente que salga del hospital, no deba desplazarse para recibir información sobre lo que le preocupa o no entiende en ese momento. En Kálida encontrarán un equipo de profesionales (enfermeras, psicólogos, asistentes sociales y terapeutas) que le dedicarán el tiempo y atención necesaria en todo momento y sin solicitar cita previa.
Kálida Sant Pau estará abierto a cualquier persona que sufra cáncer, ya sea paciente del hospital o no, a sus familiares y amigos. En su interior, el usuario podrá relajarse en un ambiente de silencia y tranquilidad donde compartir opiniones con otros pacientes en la misma situación.
Benedetta Tagliabue y Kálida
Benedetta Tagliabue y Enric Miralles conocieron a Charles Jencks en Edimburgo, tiempo antes de que a Enric le diagnosticaran un tumor cerebral, durante la construcción del Parlamento de Escocia, una de sus obras más reconocidas. Jencks, brillante arquitecto y paisajista, era viudo de Maggie Keswick Jencks impulsora de los Centros Maggie’s.
“Recuerdo el periodo del cáncer de Enric como un proceso bonito a pesar de todo”, rememora Benedetta. “Teníamos una vida muy activa desde el punto de vista profesional, dos hijos pequeños y, de pronto, te encuentras con lo inesperado, con lo que nunca creías que ibas a encontrarte con algo que te hace parar de la noche a la mañana: un cáncer”, comenta.
Enric tenía que dar una conferencia en Houston y lo que iba a ser un viaje de trabajo se convirtió en un viaje vital. En el hospital, casi dándole la espalda, había una casita acogedora, denominada Place of Wellness, en la que un grupo de voluntarios ayudaba a aceptar la enfermedad ya sobrellevarla mejor a través de diferentes actividades. Enric y yo fuimos varias veces porque, realmente, allí conseguíamos sentirnos mejor.
Cuando Enric enfermó empezó a reflexionar sobre su trabajo y sobre cómo afectaba a la vida de la gente. ‘Soy un arquitecto amateur’, decía, y lo único que le daba felicidad era saber que con su arquitectura podía ayudar a mejorar la vida de los demás. De hecho, cuando hizo el Cementerio de Igualada lo hizo pensando que en un momento de tristeza necesitamos relajarnos y distraernos con cosas bellas.
Kálida Sant Pau, arquitectura para la salud
La cocina será el corazón del Centro Kálida Sant Pau, que contará con una acogedora mesa. La idea es que toda persona que acceda a su interior, se siente como en casa. Lo que la arquitecta busca, es que la gente olvide donde se encuentra y que únicamente vea jardín, flores y donde la luz natural tenga una gran importancia.
El centro ocupará una parcela situada entre el nuevo Hospital de Sant Pau y el recinto modernista, e incluirá un edificio de 400 m2 organizado en dos niveles de 200 m2 cada uno. También contará con una zona de jardín dentro de la zona verde general y su acceso principal conectará con la unidad de oncología del nuevo hospital mediante una zona pavimentada.
El diseño está pensado como si se tratase de un pabellón de jardín, en el que los límites entre el interior y el exterior se desdibujan ofreciendo una relajada atmósfera doméstica. Todas las estancias estarán rodeadas de verde y la vegetación propuesta controlará las vistas desde cada punto para hacer desaparecer el entorno hospitalario.
La evidencia demuestra que un ambiente inspirador puede reducir el estrés y la ansiedad. Este centro deberá ser un espacio donde las personas puedan descubrir fortalezas para maximizar su capacidad de hacer frente a la situación.
La planta inferior será un espacio abierto y flexible, proyectado como una secuencia de jardines y patios donde se encontrará la cocina, el comedor, una pequeña biblioteca y una sala polivalente para llevar a cabo diferentes actividades. En su planta superior se organizará balcones interiores alrededor del doble espacio central del comedor.
En la parte orientada al sur, las persianas de madera crearán un filtro que resguarda la intimidad. El lado occidental se extiende hacia una amplia veranda, que estará protegida de la lluvia por un saliente profundo del techo. Las puertas corredizas de cristal abrirán el edificio a la naturaleza.
La fachada será un muro de ladrillo cerámico que dejará filtrar la luz, controlar las vistas, ventilar y seguir preservando la privacidad de las personas del centro. Su color, textura y composición combinados con piezas de cerámica, de geometrías y coloración diversa, toman como referencia la riqueza ornamental de los edificios modernistas del recinto y quiere mantenerla creando grandes flores de colores dentro del histórico jardín del hospital.
Un proyecto que crece con la ayuda de todos
La aportación de muchos pequeños y grandes donantes ha sido fundamental para conseguir arrancar el proyecto, y lograr que llegara hasta aquí. Animados por el interés común de mejorar la vida de miles de personas con cáncer, a ellos se han unido profesionales médicos de todos los campos, fundaciones, instituciones y empresas que han dado su respaldo incondicional a la creación del primer centro Kálida en Barcelona.
El Proyecto no ha hecho más que empezar por lo que la Fundación Kálida invita a la ciudadanía a sumarse para convertir el primer centro Kálida en el hospital Sant Pau en un centro de referencia. Para conseguirlo, quien lo desee puede unirse a la iniciativa a través de la página web www.fundaciokalida.org.