A la hora de diseñar la estructura de una vivienda, es posible decantarse por una estructura de hormigón, una metálica o bien una mezcla de ambas. En el caso de las estructuras metálicas, para evitar todo tipo de problemas, es fundamental un buen proceso de soldadura, ya que será el proceso que se encargará de unir las diferentes partes metálicas utilizadas para levantar esa estructura. Para conseguir la soldadura perfecta, además de necesitar un equipo profesional para soldar y tener cierta experiencia en este sector, será importante tener en cuenta ciertos aspectos que influirán en todo este proceso. Si queréis conocer estos factores, seguir leyendo porque hablaremos de ellos a continuación.
Elegir los electrodos apropiados para realizar el trabajo
Los electrodos son parte fundamental para llevar a cabo una buena soldadura. Nos podemos encontrar diferentes tipos de electrodos, y su elección dependerá del trabajo que se vaya a realizar. La clave está en acertar con el tipo y su diámetro adecuado.
Seleccionar el amperaje correcto para realizar la soldadura
Antes de empezar con la soldadura, será necesario regular la máquina acorde con el electrodo que vayamos a utilizar. Dependiendo del diámetro de este, el amperaje variará. En todo momento, será clave elegir el amperaje correcto para llevar a cabo el trabajo. Para ello será necesario regular la máquina de soldar entre el amperaje mínimo y máximo señalado por el fabricante según el tipo de electrodo utilizado.
Aquí nos podemos encontrar dos situaciones:
- Amperaje insuficiente: Se traduce en dificultad para mantener el arco, además de producir un abultamiento en el material y una mala penetración.
- Amperaje excesivo: En este caso, el afectado es el cordón, que será achatado y con porosidades, además de generar muchas salpicaduras.
Longitud adecuada del arco
Hoy por hoy no es posible determinar la longitud del arco en mm, por lo que se termina midiendo por los resultados de deposición del metal, es decir, por la forma del cordón.
- Longitud corta: En este caso se crean cordones que cuentan con sopladuras e inclusiones de escoria, que tienen poca penetración y apariencia irregular. El arco se suele interrumpir y el electrodo tiende a pegarse al metal.
- Longitud muy larga: Si la longitud es muy larga, aumentarán considerablemente las salpicaduras. También se conseguirá una penetración insuficiente y el cordón tendrá un ancho no deseado. En ocasiones el cordón contará con innumerables porosidades.
Ángulo de inclinación del electrodo
El ángulo en el que se aplique el electrodo con respecto a la pieza donde se trabaja, influirá en la forma y aspecto que tendrá el cordón.
Si el ángulo es demasiado cerrado, se conseguirá una deposición excesiva de metal de aporte, además de una mala formación del cordón y penetración inadecuada.
Por otro lado, si el ángulo es muy abierto, lo más probable es que se generen ondulaciones en el cordón, consiguiendo como resultado un cordón irregular.
Correcta velocidad de avance
La velocidad en la que se va avanzando a la hora de realizar la soldadura, tendrá consecuencias importantes sobre el resultado final. Lo recomendable es acertar con el avance adecuado.
Si esta velocidad es muy lenta, lo que conseguiremos será crear un abultamiento del metal, pudiéndose desbordar sobre la plancha.
Si la velocidad es muy rápida, lo que se conseguirá será un cordón delgado y débil, que cuenta con poca penetración y muchas porosidades.
Así que ya sabéis, en el caso de querer realizar una buena soldadura, es necesario tener en cuenta los factores que hemos comentado y que os ayudarán a conseguirlo.