Cada vez son más las personas que deciden apostar por una vivienda sostenible, donde se cuide al máximo el uso de la energía. La actualización del Código Técnico de la Edificación (CTE), que entró en vigor a finales de septiembre y que obliga a que a partir de este 1 de enero en Europa todas las nuevas edificaciones sean Edificios de Energía Casi Nula (NZEB).
ARQUIMA destaca por ser una compañía que cuida al máximo estos detalles, y ahora nos presenta su proyecto de la casa más sostenible de Europa y que está ubicada en la localidad de Sant Andreu de la Barca. Destaca por ser la única vivienda del continente que cuenta con la máxima certificación en sostenibilidad y eficiencia energética: certificación Passivhaus Premium (Passivhaus Institut) y 5 hojas VERDE (Green Building Council España). Una vez en su interior, el ruido de los coches es casi inaprecible, no existen corrientes de aire y la temperatura no varía de una habitación a otra, manteniéndose constante entre los 22 y los 24 grados.
La certificación Passivhaus se basa en 5 criterios fundamentales a la hora de concebir un edificio. Todos ellos buscan incidir en distintos factores para lograr que el consumo energético del edificio sea el más bajo posible, sin desatender la funcionalidad ni la salud. Más allá del análisis del entorno y la orientación del edificio, que pueden ser distintos en cada proyecto, estos principios básicos pueden aplicarse a cualquier edificación: excelente aislamiento térmico; ventanas y puertas de altas prestaciones; ausencia de puentes térmicos; hermeticidad al aire y ventilación mecánica de doble flujo con recuperación de calor.
Esta singular vivienda combina todos estos factores y consigue que las necesidades de calefactar o refrigerar el aire interior sean muy reducidas.
El proyecto también ha logrado la máxima certificación VERDE, del Green Building Council España (GBCe). Esta certificación mide el nivel de sostenibilidad de un proyecto mediante un sistema de puntuación que da por resultado un número de hojas, con un máximo de 5. Los criterios a tener en cuenta son: la ubicación del edificio, la calidad ambiental interior (aire, luz, ruido, confort), la gestión de los recursos (energía, agua, materiales), la integración social (accesibilidad, formación, comunicación) y su calidad técnica (monitorización, documentación, mantenimiento).
Estructura y exteriores
Para la fabricación de la estructura se ha utilizado abeto de clase resistente C24 con una humedad inferior al 15%, mientras que para las fachadas y exteriores la empresa ha optado por madera Douglas sin albura, que confiere una durabilidad del todo natural y no necesita ningún tipo de mantenimiento. Además, la fachada se ha tintado en color gris con efecto de madera envejecida, característica que disimula los signos del paso del tiempo.
Decoración
Su decoración va en concordancia con su estilo arquitectónico. Cuenta con paredes blancas y suelo de madera natural para conseguir el ambiente adecuado. La cocina, de estilo funcional y con isla central, dispone de electrodomésticos integrados en los muebles y se abre a un amplio salón-comedor en el que impera la sencillez y la calidez de la madera.
La decoración del dormitorio principal, tipo suite con baño y vestidor integrados, también es fiel al espíritu de la casa. Sus tonos sosegados y su gran practicidad convierten a esta estancia en un espacio ideal para el descanso.
Instalaciones
El conjunto de instalaciones de este edificio se controlarán mediante un sistema domótico. Estos avances aseguran un funcionamiento óptimo y las condiciones de confort idóneas en el interior de la vivienda: ventilación mecánica de doble flujo con recuperación de calor; distribución de iluminación controlable mediante el sistema domótico; agua caliente sanitaria (ACS) generada con un equipo de aerotermia; climatización mediante suelo radiante e instalación de placas solares fotovoltaicas.
ARQUIMA también ha tenido en cuenta detalles como la instalación de griferías que cumpliesen con las exigencias del caudal de agua, ya que la certificación VERDE exige unos valores muy reducidos, o que la vivienda contase con un cargador de coche eléctrico. Este último punto permite aprovechar la alta generación de energía fotovoltaica de la vivienda y que la energía usada para la carga del vehículo sea 100% renovable.