Cuando hablamos del firme de las carreteras, todo el mundo piensa en el alquitrán con la principal opción, aunque no es la única. Hoy en día también es habitual utilizar firmes de hormigón, un material que ofrece importantes ventajas en materia de sostenibilidad y protección del medio ambiente, unas ventajas que podemos ver en la infografía que ilustra nuestra entrada y que ha sido elaborada por la Asociación Nacional de Fabricantes de Hormigón Preparado (Anefhop).
Motivos por apostar por los firmes de hormigón
De acuerdo con este gráfico, existen cuatro razones que justifican la ejecución de carreteras con firmes de hormigón:
- Menor calentamiento global. los firmes de hormigón pueden contribuir enormemente a la reducción de las emisiones de CO2 causadas por el transporte en carretera.
- Mayor resiliencia al cambio climático. Las carreteras de hormigón muestran una mejor resistencia al cambio climático y a las condiciones meteorológicas extremas, por ejemplo, frente a las altas temperaturas.
- Cien por cien circular. Las carreteras de hormigón están fabricadas con materias primas locales, ofrecen una larga vida útil y son cien por cien reciclables. La vida útil de un firme de hormigón supera los 40 años sin apenas mantenimiento.
- Gestión sostenible del agua. El hormigón contribuye a una gestión más ecológica del ciclo del agua.
Otras ventajas importantes
Además de las ventajas relacionadas con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente, el uso del hormigón para los firmes de carreteras ofrece otra serie de interesantes ventajas, entre las que podemos destacar que se trata de un material que ofrece una gran durabilidad, la mejora en la seguridad vial y la disminución de los costes asociados al mantenimiento. Desde Anefhop afirman que el uso del hormigón ayudaría a reducir el problema habitual de aparición de grietas en el asfalto, la escasa iluminación o los baches y desniveles. La solución de estos problema afectaría a los coches que sufrirían mucho menos.
El empleo de hormigón en la capa de base y en la de rodadura mejoran la capacidad resistente de la vía y reducen el desgaste de la capa de rodadura. Esto supone grandes beneficios en términos de seguridad vial, reduciendo el riesgo de aquaplaning al no producirse acumulaciones de agua en la vía, lo que implicaría la disminución de la siniestralidad en carreteras.
Aunque el coste inicial es más elevado que si se emplean mezclas bituminosas, el coste a largo plazo es menor. Los pavimentos de hormigón tienen una vida útil mucho más larga que los de asfalto, que no va más allá de los 15 años. Además, el desarrollo local se ve favorecido, dado que la producción del hormigón se realiza en las proximidades de cada obra.