Los laberintos son construcciones hechas para que el que pasee por ellos se pierda con facilidad. Hoy te mostramos el más grande del mundo, el de Longleat. Este laberinto se sitúa al lado de una casa señorial al lado de Warminster (Inglaterra) y tiene una longitud de 2.72 kilómetros. Cada pasillo está separado por setos de más de dos metros y medio de alto, cosa que hace imposible la orientación al no ver donde estamos situados. El premio por llegar al final del laberinto, que es el centro del mismo, es poder observarlo desde las alturas, ya que, al final del recorrido se ubica una torre de observación donde se puede disfrutar de la magnífica panorámica.
Si alguna vez recorres el laberinto de Longleat y te pierdes por sus caminos, no te preocupes, en cada pasillo hay banderas que se pueden ondear si acaso te encuentras en apuros. Actualmente, esta técnica obsoleta se ha sustituido por los GPS o por Google Maps.